sábado, 21 de junio de 2014

la niña y el dragon


Rojo.





El habia armado su morada en la torre alta de un castillo abandonado.

La habitacion ,distinta de la cueva, estaba llena de cortinados, almohadones y doceles todos de color rojo.



El rojo era su color favorito.Eso lo sabia bien desde niño.



Los dias sin ella se le pasaban pronto.

Es que su trabajo le consumia todo y mas...



A veces lo convocaban de algun pueblo para que asuste a los niños que no se portaban bien.Eso era facil, solo debia volar al ras de sus cabezas y con eso bastaba.



Distinto era cuando habia que atacar ejercitos de algun rey enemigo.Alli ya se complicaba ya que como era un dragon demasiado bueno trataba que el fuego no llegara hasta las casas de los que nada tienen que ver.



Lo que mas le gustaba era cuando en alguna comarca personificaba al demonio o fingia luchar contra algun arcangel poderoso.

Ahi era todo un arreglo con el cura del lugar:el se dejaba matar y despues la recompensa era alguna reliquia para su tesoro.



La habitacion estaba llena de sus tesoros.Se acumulaban con sus aventuras:sedas de la china, piezas de oro, joyas,vestidos de princesas,alfombras persas, perfumes arabes.



El los guardaba con recelo porque cuando volviera con su niña los cambiaria por manjares.



Festines que ellos se daban ademas de caricias.



Sabia que èl era su dueño pero eso esta vez no lo inquietaba.Al contrario, le permitia dormirse todas las noches pensando en lo mucho que era amado.

Y el tiempo transcurria sin que los demas pudieran rozarlos ni siquiera con las puntas de sus dedos.



De los peligros se hablara mas adelante.


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