Los grillos.
La niña los habia
criado.
Eran ocho porque
ocho eran los meses que habian pasado desde el primer abrazo con el
dragon.
Les daba hierba
fresca de la que crece debajo de los pinos azules y agua de
lluvia,todos los dias.
Habia uno que se
destacaba del resto.Y es que cuando ella se acercaba cantaba con
desesperacion Podia sentir la pena de la distancia en el corazon de
los amantes...por eso.
Igual todos eran
magicos.Se habia asegurado de enseñarlos bien.
Uno podia quitar
el hambre de budines recien horneados, otro podia hacer dormir cuando
el primer dolor asomaba en las pestañas, dos eran especialistas en
canciones divertidas, tres en dar saltos de alegria y el ultimo,el
ultimo era especial porque podia hacer todo lo que hacian los otros
pero ademas trepar y llenar de cosquillas las orejas de èl.
Las cosquillas se
parecian a los besos guardados, pero no eran iguales.
Esa mañana los
miro orgullosa.Buen trabajo.
Los puso uno por
uno tiernamente en la palma de su mano y no sin un dejo de dolor
abrio la ventana y soplo suavemente.
Era de noche en
las tierras calidas donde estaba el dragon. La torre abarrotada de
rojo proyectaba su sombra hinchada de lunas.Al principio penso que
era su imaginacion.
Pero no.Alli
estaban los grillos.
Todos los oian.
Tan solo los enamorados los escuchaban.
La gente del lugar
cuenta que a los pocos amaneceres ya eran miles porque se
multiplicaban cada vez que ellos se pensaban uno al otro en la
distancia.
G.
junio 2014.
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